De la escuela de Montaigne

Por Nicolás Pinzón

Primero algo obvio: la vida es compleja, y el trabajo no es la excepción.

No me parece claro de dónde viene la tendencia del ser humano de sobresimplificar. Probablemente las fórmulas, los métodos determinados, y las dicotomías dan más certeza frente a lo inexplicable o incomprensible. En el siglo XVI hubo dos grandes pensadores franceses: Descartes y Montaigne. Nassim Taleb dice que uno de los mayores errores de la humanidad fue haberle puesto más atención a Descartes que a Montaigne. El primero busca las certezas por medio de métodos estructurados; el segundo construye ideas con un pensamiento informal y escéptico, pero siempre crítico.

En aspectos fundamentales de la vida, y por lo tanto del trabajo, las verdades no son absolutas. Puede haber verdades, pero éstas pueden ser desvirtuadas por la subjetividad de la mente humana, o por los contextos en los que uno vive en épocas específicas. En muchas ocasiones, como en campos de la ciencia, la cocina, o el aprendizaje, los métodos y las recetas son necesarios para tener mayor organización mental. Pero cuando esas certezas se intentan aplicar a absolutamente todo, se asoman las piedras cuando la corriente del río baja.

La satisfacción en el trabajo es uno de esos casos que no admite fórmulas. Esto lo aprendimos después de terminar la primera temporada de 13% en el 2018. Si el trabajo fuera algo simple, no habríamos publicado ni seis episodios en el podcast. Hoy se vería algo así: Episodio 1: “Sigue tu pasión”. Episodio 2: “Tres pasos para seguir tu pasión y ser feliz”. Episodio 3 — ya dándole largas al asunto — : “Cómo hacer que otros sigan la pasión como tú”. Por suerte, y sin saberlo, somos más de la escuela de Montaigne que de Descartes, diría Taleb.

Rápidamente entendimos que la vida profesional es mucho más aguda que seguir la pasión. Entendimos que sin el saborear la complejidad que trae este tema esos discursos facilistas son sólo sueños de sofá. Los años que siguieron en 13%, después de entender esa mirada sobre los temas del trabajo y la satisfacción laboral, fueron años de destilar aprendizajes con una mirada más amplia. Pudimos habernos quedado con tres episodios, y una fórmula del éxito vendedora que se nutre de aplausos, pero esa es la vida de los atajos que a largo plazo sólo se estrellan con callejones pantanosos, oscuros y vacíos.

Aceptar la complejidad no es lo mismo que el nihilismo cínico que nada lo admite y nada lo acepta. Desde lo incierto es posible reflexionar, aprender, y tener opiniones con cimientos sólidos. Los seres humanos, dice Borges, somos voces de las mismas penurias. A pesar de la subjetividad de la mente, hay patrones similares, historias que trascienden el individuo que las vivió, y reflexiones que se pueden aplicar desde muchos contextos.

La complejidad se vive todos los días. Mi historia, por ejemplo, podría contarse de una forma simplona: después de graduarme de la carrera de derecho, empecé a trabajar como abogado. Paralelamente, empezamos 13%, y le trabajábamos todos los fines de semana. El podcast empezó a crecer. Dos años después, renuncié a mi trabajo como abogado para dedicarme a 13%. Hoy 13% es más que un podcast, y es nuestra principal fuente de ingresos. Fin.

Ese es un resumen con hechos ciertos, pero la historia se vuelve mucho más interesante con los detalles de la complejidad diaria que se puede representar en preguntas frecuentes: ¿Cuál es la ventaja de 13% en el mercado? ¿Cómo escalar nuestra ventaja? ¿En qué nos debemos enfocar? ¿Cómo monetizar? ¿Cómo podemos seguir mejorando? ¿Cómo estoy usando mis fortalezas individuales en 13%? ¿Qué habilidades me interesa desarrollar?

Hay muchas preguntas en la vida laboral. No importa si uno es gerente, independiente, o trabajador. No importa el oficio o la profesión, no importa qué tan inteligente o audaz sea uno. Los que queremos seguir ensanchando la experiencia de trabajar, siempre vamos a tener preguntas colectivas e individuales por resolver. Y lo más interesante es que por más que cada uno se siga nutriendo de aprendizajes, al final es un tema individual. Cada vez que soltamos un episodio en 13%, queremos nutrir la conversación y los puntos de vista para pensar mejor algún asunto del trabajo, pero jamás vamos a pretender dar consejos o respuestas definitivas. De eso se trata ser un humano pensante y libre: de escuchar, aprender y reflexionar, pero siempre con algún grado de escepticismo y pensamiento crítico. Nadie se conoce más a uno que uno mismo.

Ya sé. Lo que acaban de leer es angustioso. Para los asuntos de satisfacción laboral no hay verdades absolutas, y todo es incierto. Pero también escribí que estos años hemos destilado aprendizajes. Estos son algunos sobre el trabajo que — al menos en este momento — para nosotros son formas correctas de abordar o pensar el trabajo de una mejor manera:

  1. La carrera profesional se construye desde las fortalezas. En las fortalezas está la ventaja propia para hacer algo diferente.
  2. Entender cuál es la ventaja de uno requiere experimentar y ponerse a prueba en el mundo (en el mercado). Este es un proceso de construir la identidad, y ese proceso suele ser tan emocionante como doloroso.
  3. Hay momentos que exigen decisiones y cambios. Por eso es importante combinar los momentos de acción con momentos de reflexión. Hay que entender los principios que para uno son importantes, y los factores que lo hacen a uno relevante.
  4. La experimentación y la adaptación siempre será necesaria, pero en la medida en que uno tiene clara su ventaja, es buena idea hacer cambios desde el eje de esa ventaja.
  5. Somos seres esencialmente creativos: buscamos resolver problemas complejos. El trabajo es una forma de manifestar nuestro potencial creativo y verlo progresar. Ahí está la verdadera satisfacción.

Estos son aprendizajes que hemos desarrollado en cuatro temporadas de 13%. Por supuesto que son fáciles de escribir y difíciles de aplicar, pero de eso se trata la trama. En la quinta temporada — que empieza el 26 de enero de 2022 — seguiremos aportando miradas para, como diría Andrés Aguirre, pensar distinto, para sentir distinto y poder actuar distinto.

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