¿Se imaginan lograr su sueño de trabajar en lo que siempre quisieron? Sabemos que suena como una vida ideal, pero ¿qué pasa si trabajo en lo que me encanta pero me siento vacío? Eso fue justo lo que le sucedió a nuestra invitada. Los invitamos a que descubran junto a nosotros lo que hizo Manuela Molina ante esa situación.

Manuela Molina no solo tuvo que frustrar las expectativas que muchas personas tenían sobre ellas, sino que su constante inconformidad y reflexión la llevaron a dejar un trabajo que amaba, pero no la llenaba.

Ella sabe lo que es saltar al vacío y también lo desesperante que puede llegar a ser estar desempleada. Esta profesora de yoga y de inteligencia emocional para niños es prueba viviente de la bola de nieve que se desata cuando alguien descubre, o crea, su propósito en la vida. En este episodio hablamos, entre otros temas de los siguientes:

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Creación, edición y producción por Andrés Acevedo Niño y Nicolás Pinzón Guerrero

Transcripción Manuela Molina

Antes de comenzar con nuestra historia queremos tomarnos unos segundos para agradecerles a todos ustedes. Para cuando salga este episodio ya llevaremos casi un mes al aire y no podríamos estar más contentos con el resultado. Ya muchas personas han empezado a usar el 13 como parte de su lenguaje, entonces dicen cosas del estilo “a veces me siento del trece, a veces del 87” o hoy me sentí parte del 13. Eso no lo esperábamos y ha sido muy emocionante. Otra buena noticia es que para el momento de grabar este episodio estábamos cerca de las 1000 descargas y seguramente para cuando este episodio esté al aire ya habremos sobrepasado esa cifra.

También nos alegra mucho haber recibido tantos comentarios de felicitación, pero sobre todo de retroalimentación. Ese tipo de comentarios nos ayudan mucho a mejorar. Y justo eso queremos pedirles: más comentarios. Cuéntenos que piensan, que les gusta, que no y en que podríamos mejorar… nos pueden escribir al correo electrónico que sale en nuestra página web o por Instagram, o si nos ven por ahí acórcense y déjennos saber sus comentarios… son muy importantes…  En últimas este podcast funciona si logramos convertirlo en patrimonio compartido de todos y para todos.

La historia que están a punto de escuchar es el ejemplo perfecto de lo que significa nadar contra la corriente. Manuela Molina no solo tuvo que frustrar las expectativas que muchas personas tenían sobre ellas, sino que su constante inconformidad y reflexión la llevaron a dejar un trabajo que amaba, pero no la llenaba.

Ella sabe lo que es saltar al vacío y también lo desesperante que puede llegar a ser estar desempleada. Esta profesora de yoga y de inteligencia emocional para niños es prueba viviente de la bola de nieve que se desata cuando alguien descubre, o crea, su propósito en la vida. Manuela cree que para entender por qué ella forme parte del 13%, hay que remontarse mucho tiempo atrás. A cuando tenía 11 años y decidió acercársele a su profesora de español al final de clase

Yo creo que lo que me llevó a estar haciendo lo que estoy haciendo en este momento y trabajar en lo que me apasiona empezó por estudiar lo que mi pasión y todas esas decisiones han implicado sacrificios. Entonces en el momento de decidir que estudiar mis opciones eran literatura o psicología. En el momento de decidir estudiar literatura, que lo dije desde los 11 años. Porque a mí en el colegio me encantaba la clase de español y un día después de clase me le acerqué a la profesora y le pregunté ¿usted qué estudio? ¿Eso cómo se llama? Se llama literatura y desde ese día dije eso es lo que voy a estudiar. Y eso fue en 6to, mi mamá tuvo la esperanza de que el discurso de voy a ser literata se me quitará hasta 11, pero llego 11 y no se me quitó. Entonces eso fue problemático en mi casa porque mi mama dijo “vas a terminar de pobres ora”

“Vas a terminar de pobres ora” seguramente muchos se pueden relacionar con esa frase. Puede que no les haya pasado a ustedes, pero probablemente conocen a alguien a quien los papas no lo dejaron estudiar lo que quería porque “eso no daba plata”. Entonces gracias a ese pragmatismo de papás, el mundo se fue llenando de antropólogos frustrados y literatos frustrados y muchas otras personas frustradas porque no los dejaron estudiar las carreras que querían, diciéndoles que iban a terminar en la calle.

Yo sé que apenas estamos empezando, pero este nos parece un tema crítico y queremos decir dos cosas. La primera es que ese tema de que hay carreras que dan plata y otras que no, no es tan cierto. Sí, hay profesiones que no están tan bien remuneradas en el mercado laboral. De eso no hay duda, pero en pleno siglo XXI las posibilidades son muchas y cada vez más las etiquetas de “abogado” o “profesor” se difuminan. O si no pregúntenle a Wendi Caí, la filósofa que cualquier papá diría “va a terminar de profesora” y terminó vendiéndole su compañía a EBay por 75 millones de dólares.

Lo segundo es que creemos que complacer a los papás y estudiar algo que uno no quiere es la fórmula perfecta para terminar resintiéndolos en el futuro. Esto se lo escuchamos a Gary Vaynerchuck y nos parece que tiene todo el sentido. Mejor tener esa conversación difícil y destapar la herida en vez de estar poniéndose curitas temporales que solo esconden la situación. Y eso fue justo lo que hizo manuela…

Y a pesar de que iba a terminar de “pobres ora” decidí seguir firme en mi decisión y entré a la universidad a estudiar literatura y psicología en paralelo. Entonces digamos que mi sueño y mi pasión era estudiar literatura y psicología era mi plan b. Pero me empecé a enamorar de la psicología y me encanto y para mí siempre fue una sola carrera, o sea nunca me sentí estudiando dos cosas.

Termino mi carrera y me doy cuenta de que amo la psicología y amo trabajar con niños. Y ese fue como otro momento de quiebre en el que pase de tener el sueño de ser editora, yo quería tener una editorial, fui a trabajar a una editorial y era muy buena y me encantaba el tema de la edición, pero me di cuenta de que era un trabajo de estar sentada detrás de un computador revisando un manuscrito. Entonces el autor te lleva el manuscrito y terminas leyendo 500 páginas palabra por palabra, tilde, coma, esta palabra no existe, búsquela en la rae, llame al autor: señor esta palabra no existe, la quito o la dejo. Entonces me encantaba, pero es un trabajo monótono que no me veo haciendo toda la vida.

Termino mi pasantía en edición y entro a mi pasantía de psicología a una fundación de niños. Y ahí, mi vida toma un giro de 360. Me doy cuenta de que quiero trabajar con niños y estar en campo con ellos, jugando con ellos y cantando con ellos. Y ese fue otro momento fuerte porque fue pasar de la idea yo luche para ser literata voy a ser editora, y ahora voy a trabajar con niños.

Entonces recapitulando, tenemos a Manuela que desde los 11 años soñaba con ser literata y dedicar su vida a los libros, y a pesar de que su mamá no quería que ella estudiara eso, ella tomó la decisión y siguió adelante con su sueño. Todo eso para que una vez estuviera en su trabajo soñado, descubriera que era monótono y no la llenaba. Imagínense lo frustrante que puede llevar a ser esa situación. Dan ganas como de irse lejos. A algún lugar remoto… y eso fue justo lo que hizo manuela. Se fue para el chocó.

Entonces me contactó con la fundación pies descalzos y decido hacer un voluntariado en el Chocó. Y pues volvemos a empezar por la misma historia del momento en el que me gradué y le digo “mamá me voy a ir sola a vivir a Quibdó a la selva en una comunidad a trabajar con niños y no me van a pagar” “que está haciendo con su vida” “esa no es la hija que yo eduque” Pues nada fue otro momento de reafirmar a pesar de como estoy haciendo lo que no se espera de mí, absoluta convicción. Y no crean que no me daba miedo, mujer blanca sola… me decían que hay mucho racismo… igual lo voy a hacer y yo siento que fue la mejor experiencia de mi vida, la más dura, pero la mejor.

Yo sentía que yo iba a ir al choco de salvadora, colonizadora “voy a ir yo a estas comunidades que no saben, pueden y voy como blanca a entregarles lo que yo como blanca de ciudad puedo entregarles” y voy allá y me doy cuenta de que no es así. Esa experiencia era para mí: Ellos fueron los que me entregaron lo que yo necesitaba en ese momento en vida.

En el chocó Manuela reforzó su pasión por trabajar con niños, y es que eso la mueve tanto que era lo que le daba energía cuando sentía que ya no podía más.

Dure cuatro años que parecieron cuatro años. Estaba muy cansada. Física y emocionalmente. Todos los días yo me levantaba y me sentaba en la cama y decía “esto lo hago por ellos, estoy aquí por ellos, estoy aquí por mis niños, esto es más grande que yo, que el cansancio, que e mi cuerpo, que la falta que me hacen las comodidades, esto es por ellos y para ellos. Y eso era lo que me levantaba todos los días para seguir ahí.

Y si quiera persistió y aguantó las difíciles condiciones del chocó porque un día cualquiera, de esos días cualquieras en los que la vida cambia, un evento inesperado terminaría llevándola por un nuevo rumbo.

Estando en el voluntariado pies descalzo contrata un programa de acá de Bogotá que se llama pilos de corazón y ellos vienen y hacen un taller. Y cuando ellos están dando un taller yo veo lo que hacen y nos conocemos y ellos no pueden creer que yo soy una psicóloga de Bogotá de 20 años que hace esto. ¿Y yo los veo y digo “esta gente hace eso y les pagan” “que es esto? Yo lo haría gratis toda la vida” entonces sus talleres consistirán en unas sesiones que integraban la lucia la psicología y las emociones y hacían talleres vivenciales, o sea ponían a los niños a jugar. Entonces vos estas aprendiendo a través del arte a través de tu cuerpo a través de movimiento. En ese caso era un taller de resiliencia y yo me enamoré de su metodología de principio a fin dije “esto es increíble”

Y entonces por lo que ella llama las “sincronías de la vida” esta gente de pilos de corazón, que tenían un trabajo que ella podría hacer gratis, la invitó a que trabajara con ellos y hasta le pagaban. Entonces manuela empacó sus maletas se despidió de Chocó y se fue a trabajar con pilos de corazón. Ahí su trabajo consistía en trabajar con niños, pero no cualquier tipo de niños…

Todos los niños que la profesora no quiere tener en el salón de clase llegan a pilos de corazón en contra jornada, es decir si el niño tiene clases de 8 a 12, el niño me llega a mí a la 1 de la tarde y viceversa. Entonces estos niños que no se concentraban, los que se portaban mal, me llegaban a mí y lo que hacíamos era jugar. Era un juego con propósito para trabajar inteligencia emocional. Y entonces muchos papas llegaban y nos decían, pero no entiendo, ¿mi niño va perdiendo el año y usted lo pone a jugar?

Claro que lo pongo a jugar porque el niño en la medida que este emocionalmente controlado, que se conecte con su interior, que sepa lo que está pasando, que sea empático con su compañero, y sepa pedir ayuda, que pueda escuchar, que pueda mantenerse atento y quieto, en la medida en que yo tenga ese comportamiento puede mejorar su rendimiento académico. Es una correlación directa. A mí no me sirve enseñarle al niño matemáticas, matemáticas y matemáticas y que no sepa como concentrarse.

A uno todo el tiempo le decía en el colegio “ponga atención” pero nadie nos enseñó cómo.

Hasta aquí la historia de manuela es muy inspiradora. Es alguien que ha remado contra la corriente y no se ha dejado desanimar por lo que pensaran otros sobre sus decisiones, sino que ha seguido adelante a pesar de que a algunos le pareciera “loca” o que estaba botando su vida a la basura. Pero si las palabras de desaliento no pudieron desanimarla, hubo un evento que si lo logró.

En esta toma de decisiones super consciente super empoderada “no importa, hago lo que mi corazón me dicta” si hubo un momento que me eché paz atrás y me arrepentí

Resulta que, por reducir costos, la empresa que financiaba el programa pilos de corazón para el que manuela estaba trabajando decidió despedir a gran parte del personal, entre los que se encontraba el jefe de manuela. Y ella, que ya nos ha demostrado que no le tiembla la mano para tomar decisiones, tomó la única decisión que le pareció coherente

Echan a mi jefe y todo el mundo dice “y ahora”, y en cuestión de una semana yo renuncio. Pero entonces ahí va esa es la decisión donde después la cosa no. hasta ahi todas mis decisiones habian sido super romanticas y espectacular. Yo me sentía “yo no voy a trabajar a este sitio en el que yo no vibre con lo que esté pasando, no conecto con este sitio, no me conecto con sus principios” renuncio y algo mejor va a llegar.

Y paso a ser parte de la lista de desempleados y pasa un mes y pasan dos meses y pasan tres meses y yo me empecé a volver loca y en ese pasar de los días yo empiezo a pensar “yo que fue lo que hice” yo por que renuncie a mi quien me mando. Claro, llamo a mi mamá y adivinen que me dice – yo creo que hasta el día de hoy mi mamá no sabe que yo renuncié, yo le dije mami no me renovaron, pero igual me dijo “claro es que uno como va a soltar un trabajo sin tener el otro” “la situación del país es que está muy difícil”. Ella no sabía que yo lo había hecho por amor a los niños, como que no me daba aliento a vas a encontrar, va a fluir, haz lo que te apasione. No, era mande hoja de vida a todas partes así no le guste porque tiene que encontrar trabajo como sea.

Y para los que han estado desempleados va a ser muy fácil relacionarse con lo que viene, porque lo han vivido y saben lo difícil que es estar en esas condiciones. Ese desespero de sentir que todos los días son domingos.

Era levantarse todos los días a ver que hacía. Yo me iba a volver loca. Y gente que yo me encontraba me decía “super chévere, que delicia, yo me pondría a pintar, a cocinar, a lo que sea” como así a uno le dura eso una semana. Pero a la siguiente semana es como levantarse todos los días un domingo. Pasaron los meses y entre en un punto de colapso absoluto. Al punto de pasar hojas de vida en psicología organizacional que es algo que no va conmigo, no vibro no entiendo, no sé, nada. En un punto me arrepentí sinceramente de haber renunciado: que importa lo de la injusticia, que importan mis valores, mis sueños. No hubiera renunciado tendría un trabajo, estaría estable. Y no era un tema de plata era más como por Valia como persona, si no estaba produciendo algo no Valia como persona. ¿Quien soy y para que soy buena? ¿Que fue una de las cosas que me cuestione en ese proceso porque yo si hice muchos procesos y si mande muchas hojas de vida y no quedaba y no quedaba y llega un punto que uno piensa será que no soy buena para nada?

Y no solo pasa que uno se cuestiona sus talentos, sino que incluso pierde el norte de lo que uno quiere en la vida profesional… porque la ansiedad de conseguir trabajo y la estabilidad que viene con eso nos lleva a que cuando recibamos cualquier oferta nos emocionemos tanto que no nos preguntemos si es lo que en realidad queremos.

Entonces si siento que me cuestione, lo más fuerte fue eso cuestionar mi Valia, mi potencial, mis talentos y mi luz. Después haciendo un análisis de mis entrevistas de trabajo yo sentía que había algo en mí que estaba saboteando mis entrevistas. Y es que yo estaba haciendo las cosas porque me tocaba. ¿Porque mi mama me llamaba cada media hora a preguntarme que hubo como van los procesos, como le fue? Porque veía a la gente a mi alrededor super exitosa trabajando en la multinacional.

Hubo un momento que imagínense el cambio de mentalidad tan impresionante que yo decía “lo único que quiero es conseguir un trabajo de 7 a 5, no me importa en qué, no me importa cuánto me paguen, lo único que yo quiero es decir tengo un trabajo de 7 a 5, y hacer lo que me pongan a hacer”. Eso no soy yo, pero me metí tanto en mi discurso que yo dije eso es lo que necesite y lo que quiero.

Así como me decían que no a todo trabajo de 7 a 5 al que aplicaba, me decían que sí y me llamaban a proponerme cosas en las que yo tenía que armar un programa y era solo medio tiempo. Y yo decía “mira no es que no me sirve, estoy buscando algo más estable, gracias” y colega el teléfono 50 veces a 50 oportunidades en las que me invitaban ser independiente y armar yo mi propio trabajo, pero yo no lo veía así en ese momento. ¿Yo como lo veía? No pues pésimo, solo están ofreciendo medio tiempo o dos días a la semana, esto no me sirve.

Aunque le abrían puertas, a Manuela no le servían porque lo que ella creía que necesitaba para su vida era un trabajo de tiempo completo. Entonces se dedicó a rechazar las oportunidades que surgían a la espera de tener un trabajo entre comillas, normal. Hasta que un día tomó la decisión de salirse de ese ciclo y adivinen a quien enfrentó otra vez… exacto… a su mamá.

Un día por cosas de la vida en mi máximo desespero de vida en el que tuve que reencontrarme y reafirmar para que soy buena que estoy haciendo, volver a encontrar ese punto en el que lo que yo haga o deje de hacer no determina mi Valia como ser humano. Por qué a ese punto llegue. Vales lo que haces, ¿no? Y me encontré unos maestros que amo profundamente, José arguelles, él tiene una visión totalmente diferente del tiempo y ellos dicen en nuestra sociedad tiempo es igual a plata, a oro, en su concepción tiempo es igual al arte. Entonces ellos llaman tiempo arte, ellos dicen quién es dueño de tu tiempo es dueño de tu mente, entonces se dueño de tu tiempo para ser dueño de tu mente. A cada instante que quiero hacer por convicción y por amor. Ellos fueron los que me cambiaron este paradigma de vos no vales por lo que haces, al revés Tenes el regalo de ser dueño de tu tiempo, que eso no lo tiene nadie.

Finalmente cuando suelto todas estas ideas preconcebidas de lo que debería hacer del trabajo que debería tener de cuanto debería trabajar de cuanto debería ganar, las suelto literalmente un día que estoy en Cali me siento en el comedor con mi mamá, que con la mejor intención estaba ayudándome a mandar hojas de vida, y le digo “Mamá, no voy a mandar una hoja de vida más y lo decido aquí y ahora, no mando una más” y voy a empezar a trabajar por mi cuenta independiente en lo que quiera y en lo que me haga vibrar y lo que ame.

Pero yo le digo no a mis y le digo no a todos estos trabajos, entonces pasan esos seis meses y le digo a mi mama no mando una hoja de vida más y voy a empezar a considerar esas propuestas que me encantan que amase hacer pero que no estoy considerando porque no son lo que me esperaba y empiezo a hacer eso. Entonces empiezo como independiente, si me preguntan qué hago hoy, hago muchas cosas diferentes a la vez, pero bajo un solo propósito. Y es como una bola de nieve: el día que yo dije no más hojas de vida, a la semana me llaman de natural yoga “manuela imagínate que necesitamos un reemplazo para el sábado de tal hora a tal otra” y el sábado, se enamoran de mis clases y me dicen “manuela te queremos también los miércoles” y de ahí a libe yoga y de ahí a hay yoga, y de ahí me empiezan a llamar de todos los centros de yoga al punto que me toca decir “que pena es que ya tengo todos los horarios copados ya no puedo aceptarlos”

Increíble, ¿no? Manuela pasó de tener semanas que parecían una sucesión de domingos, en los que no había nada que hacer a no tener un minuto en su agenda. Pero esta bola de nieve de proyectos y oportunidades que se genera de un momento a otro no es algo que solo le ha pasado a Manuela. A mí también me pasó. Desde el momento que tuve claro lo que quería para mi vida, de un día para otro – y no estoy exagerando – me empezaron a llegar muchos proyectos cuando los tres meses antes nada había resultado.

Para Manuela esa bola de nieve se da cuando uno está alineado con su propósito.

Para mi desde una visión espiritual todo funciona así, y es pura sincronía, estar escuchando lo que Tenes que estar escuchando y estar alineado con ese propósito más grande que vos.

Los nuevos proyectos de Manuela la terminaron llevando a un retiro de yoga. Allá se le acercó Sebastián, el director del retiro, quien había escuchado que manuela trabajaba con niños. Sebastián le dijo que un jardín infantil necesitaba una profesora de yoga y meditación

Y él me dice eso y yo le digo “claro sebas dime donde es y yo voy” “es mis” yo pienso “wok, mis donde hace seis meses dije no gracias no vuelvo. Y pues vuelvo a mis a hacer entrevista y  se abre el ascensor y la directora me dice  “yo siento que yo te conozco” “sí tú me conoces, pero imagínate hace seis meses es como si las puertas están ahí y la vida te está mostrando por donde es y uno dice no y vuelven y te muestran, llego a mis y me enamoro profundamente de mis hasta el día de hoy, o sea es un amor profundo y verdadero.

En Mi manuela trabaja con niños para, a través del yoga, el mindfulness y la inteligencia emocional, potenciar sus vínculos afectivos con el fin de que cuando se conviertan en adultos tengan relaciones satisfactorias. Y es un trabajo que está muy conectado con su propósito.

Todo lo que hago lo hago porque más allá de que mis facture, no facture -y si factura me pagan más – eso no me interesa. La razón por la que yo hago es yo necesito – es como una misión – yo necesito que más familias sean tocadas por la magia y por lo que se enseña en mis. O sea, mi trabajo es literalmente un niño sano, un niño emocionalmente feliz que va a crecer en plenitud a eso le apunto, mas allá del trabajo – entonces yo siento que el trabajo, puede que te encante, que delicia que te encante, a mí me encantaba ser editora, pero más que te encante es que tiene un sentido más allá del trabajo por sí mismo tiene un propósito.

En resumen: manuela no tiene un solo trabajo, sino que tiene varios y uno en particular que la enamora al punto que le gusta ir incluso en sus tiempos libres. Y es que cuando las personas aman su trabajo, la noción de tiempo y de horario laboral cambia un poco. Entonces si antes todos los días eran domingo, ahora no tiene ni idea de que día es.

Son tantos ahora que no tengo un minuto y me toca decir que pena no puedo – yo siento que ya no paro para mi martes y domingo no es diferente, para mis todos los días es como día de trabajo es día productivo – claro es diferente cuando es algo tuyo, es tu proyecto que cada minuto del día estás pensando en eso.

(Preguntas 13)

Y como ya es habitual le pedimos a nuestra invitada que dejara tres mensajes o conclusiones a nuestros oyentes y esto fue lo que nos dijo. La primera es un cuestionamiento de por que trabajamos y la descubrió leyendo a la escritora mar romera

Ella hablaba de tus 15 días de vacaciones, ella decía trabajas todo el año solamente esperando esos15 días de vacaciones y llegan esos 15 días y los usas para intentar olvidarte de lo que hiciste todo el año como el respiro de todo el año. ¿Y como un borrego vas todo el año trabajando por esos 15 días y vas criando borreguitos y enseñándoles a trabajar por 15 días de vacaciones… cuanto te está costando tu sueldo? Esa es una frase de Facundo Cabral

Que estás haciendo por esos 15 días. Entonces wok es increíble como esos 15 días se te convierten en el año, o sea no hay diferencia obviamente que delicia descansar ir a la playa no te voy a decir que no. pero es cuando tu trabajo es mucho mas que un trabajo.

Y yo sé que da miedo y que el factor plata a veces es impedimento, pero yo si diría que es un riesgo que vale la pena tomar y que es un riesgo que hay que hacer y que vuelvo a lo mismo “cuál es la concepción que tenemos frente al trabajo” trabajas para pagar un arriendo y pagas un arriendo para poder trabajar entonces era como esta idea esto tiene que haber otra forma de este círculo pago el arriendo para trabajar y trabajo para pagar el arriendo – tiene que haber otra manera es imposible

Esta es la matriz en la que vivimos, pero yo siento que vale la pena pararse y decir no, y facundo Cabral dice como será de malo el trabajo que te tienen que pagar para que lo hagas. Que concepción tan diferente de la remuneración, al revés es como “me pagan bien es porque es un gran trabajo” y tal vez no – como será de malo que tienen que pagarte. Y yo creo que ese es un punto de quiebre, y un gran indicador para saber si alguien ama lo que hace y es “harías esto gratis” “lo harías gratis” y si me preguntan yo les digo lo haría gratis todo lo que hago se los juro es verdad.

Esto no va a ser así toda la vida te lo juro, a la persona que está desempleado no te vas a quedar desempleado toda tu vida es solo un mes o seis, pero uno siente que es infinito. Empieza a ser como una cadena de pensamiento llevo un mes entonces voy a estar un año y voy a ser mediocre toda la vida. Es como la serenidad de saber que vas a encontrar la persona, el lugar o el medio o la forma de trabajar y encontrar lo que te apasiona y hacer algo que te guste todos los días, no te vas a quedar así te lo juro te lo prometo.

Puede que haya gente que te diga llevo 9 meses desempleado y parece una eternidad, pero no es la eternidad.

Las personas que están diciendo tengo un trabajo de mierda no quiero estar acá, pero tengo miedo pues yo me lanza al vacío sin cuestionarlo y me lanza puf al vacío y dije dios mío que hice me arrepentí, mucha bruta. Y hoy en día viendo a donde he llegado y lo que he logrado digo Valia toda la pena, toda, sin duda incluido los momentos de desasosiego, que dice la gente de mí, a pesar de todos esos momentos digo vale 100 porciento la pena.