Un seis de diciembre, el día antes del día de las velitas, Ricardo Gómez decidió renunciar a su trabajo de ingeniero de sistemas para perseguir su pasión: la música.

La historia que les vamos a contar es lo que sucedió después. Esta historia tiene giros inesperados pero sobretodo lecciones muy importantes alrededor de los siguientes temas:

Si quieren entender a qué se dedica Ricardo actualmente pueden visitarlo en su página.

 

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Creación, edición y producción por Andrés Acevedo Niño y Nicolás Pinzón Guerrero

Transcripción del episodio:

 

FRASE DEL COMIENZO

INTRO

La historia de Ricardo comienza un seis de diciembre. Pero ese es solo el comienzo de la historia que nos interesa contar de él, porque en realidad Ricardo ya llevaba cinco años trabajando como ingeniero de sistemas en una empresa estadounidense hasta que llegó ese día: seis de diciembre de 2002.

Ese día teníamos una reunión con los proveedores de todas las marcas que se distribuían: Lenovo, hp, Epson. Y había una reunión con todos los fabricantes y todos los gerentes donde íbamos a hablar de todas las estrategias para 2003. Era un día super importante y por fin me invitaban.

Imagínense la escena: viernes, un día antes del día de las velitas, hace dieciséis años. Para que se hagan una idea de todo el tiempo que ha pasado solo piensen que para ese viernes Álvaro Uribe no llevaba más de seis meses como presidente de Colombia, Lula llevaba a duras penas un mes como presidente de Brasil, y en la selección Colombia la mayor esperanza era juan pablo ángel. Y a Ricardo Gómez, por su parte, por fin lo invitaban a ser parte de una reunión importante.

La gerente de esta empresa empieza a hacer la presentación de su staff: aquí tenemos a fulanito que es nuestro gerente de mercadeo. Y toda la hoja de vida; tenemos a fulanita que es nuestra gerente de operaciones; tenemos a zutanita que es nuestra… y cuando llega a mí dice aquí está Ricardo Gómez nuestro técnico en sistemas. yo: ¿japuta, pero gerente a técnico? No jodas. Me pare de esa mesa y me fui de la reunión.

Cuando la gerente en la tarde me quiere llamar la atención yo me le anticipo. “Ricardo” “yo ya bajo que quiero hablar contigo” bajé y me senté: le dije mira lo que a mí me pasó esta mañana no me vuelve a pasar en la vida. Renuncio. “Que fue lo que hice” “esto” le conté lo que había pasado y me dijo “ahí pero igual eres un técnico” yo le dije “no, renunció y me voy a dedicar a la música”

“Me voy y voy a dedicarme a la música” esas fueron las palabras que escogió Ricardo para renunciar. Y ante esto hay muchas formas de reaccionar: hay jefes que se molestan, otros que intentan persuadir al empleado a que se quede. Pero la jefa de Ricardo optó por una estrategia algo diferente…

5:24 – 6:08 (se rieron de él)

La reacción de ella fue reventarse de la risa. Y entonces llamo a la gerente de operaciones y le dijo vengase para acá que disque Ricardo está renunciando: primero que porque lo hice quedar como un tonto al frente de todos y ahora disque se va a dedicar a la música. Ja ja ja. Llegaron y entre las dos riéndose de la historia. Yo me indigne más, por supuesto.

Luego cuando se calmaron me preguntaron “por qué se va” les dije “porque quiero darme la oportunidad de saber que pudo ser musico y no llegar a mis 80 años creyendo que hubiera tenido la oportunidad, pero nunca lo hice”

Eso fue un viernes cuando renuncié, el lunes me mandan a la gerente financiera a mi oficina. “Ricardo lo hemos pensado todo el fin de semana, no queremos que te vayas, entonces estamos dispuestos a darte el doble del sueldo” “no hay forma yo ya tomé la decisión” bueno esta bien cuatro veces tu sueldo. “Dame diez veces mi sueldo, la decisión ya está tomada: por dos razones – una porque ya estoy actuando en función de eso y dos porque no tiene ningún sentido amenazarte con que me voy para que ahora si me veas valioso entonces godete.

Y me fui, el 31 de enero del 2003 me fui a ni idea, así fue ese día lo tengo muy presente.

Para los que están pensando que la decisión de Ricardo bordea lo neurótico puede que suene así. Pero hay que tener en cuenta que Ricardo llevaba mucho tiempo sin sentirse valorado por su organización, entonces el hecho de que su jefa lo llamara “técnico” terminó siendo la gota que rebaso la copa… el detonador

Lo cierto es que detrás del incidente de ese día de diciembre, hay algo mucho más grande y profundo y es la pasión de Ricardo por la música. Para rastrear los orígenes de esa pasión hay que devolverse a la época en la que Ricardo era un niño de 6 años que vivía en Caracas con su papá y sus cuatro hermanos. Por esos tiempos al papá de Ricardo le preocupaba que sus hijos no desarrollaran lo que el mismo Ricardo llama “amor por la patria”, entonces intentó inculcarle ese amor a punta de música: los puso a escuchar bambucos y pasillos colombianos, les compró guitarras y pronto, hijos y padre empezaron un ensamble. Y a Ricardo le empezó a gustar el tema de la música y su profesora del momento le decía que tenía talento, que debería dedicarse a la música.

Me acuerdo mi maestra diciendo que yo era un talento increíble, que debería dedicarme a esa vaina. Pero yo tenía seis años no sabía que era dedicarme a eso. Mi papa lleva a mi casa en esa época eran acetatos de 33 revoluciones, lleva un disco de paco de lucia el guitarrista de flamenco y a mi esa vaina me volvió loco, ese sonido, y con la ventaja de no verlo tocar solo con oírlo. Entonces me nació la curiosidad de saber ese señor como hacía para hacer sonar esa guitarra.

Afortunadamente tuve la oportunidad de ver a ese señor en un noticiero – iba a tocar en Venezuela – y una de las imágenes que mostraron fue el señor llegando en el aeropuerto con su guitarra en estuche duro con calcomanías de frágil, pero muchas calcomanías. Y yo dije “yo quiero eso para mí” y al querer eso para mí fue muy importante mucho después porque cuando renuncie mi sueño era cargar una guitarra con calcomanías de frágil.

Y aunque Ricardo soñaba con algún día cargar un estuche de guitarra que tuviera pegadas calcomanías de frágil, como Paco de Lucía, a la hora de escoger carrera optó por ingeniería de sistemas porque la única educación musical que ofrecían era música clásica, y eso a él no le gustaba. Entonces como pasa con muchos sueños, el sueño de ser musico de Ricardo se aplazó y quedó en suspenso durante muchos años hasta ese seis de diciembre cuando por fin se decidió a saltar al vacío.

Yo renuncio el primero de febrero me levanto no tengo ni idea que voy a hacer

Y como haría cualquier persona sensata en esa situación, Ricardo optó por la opción de “llamada a un amigo”.  Como en esa época todavía la información vivía fuera de los celulares, Ricardo empezó a buscar en su agenda de contactos sin mayor esperanza, cuando se topó con un nombre que le llamó la atención: César López.

Tal vez a algunos les suene el nombre de César López y no es para menos, él es el creador de la famosa escopetara: esa extraña mezcla entre guitarra y escopeta que César creó con la intención de promover la música por encima de la guerra y las notas musicales en vez de las balas de fusil.

Fue Cesar el que le abrió la primera puerta en la música a Ricardo y lo invitó a participar de un proyecto social que involucraba música. Luego vendría Maia, ese si la deben conocer… la de niña bonita

Trabaje un año con ella, fue una experiencia muy chévere porque era ya trabajar en una banda de músicos, yo se supone que era musico, y ahí me di cuenta de que ser musico no era tan fácil. Y lidiar con otros no era fácil. Y empecé a pensar en yo no quiero seguir siendo un guitarrista de este proyecto, sino empezar a mostrar mi música que había compuesto gracias a que mi papa me inculco la música colombiana compuse en el año 2005 un álbum de música colombiana. Maia saca su nuevo álbum y nos convoca a todos y yo sabía que nos iban a sacar, entonces me anticipo a Maia y le digo: yo vengo a esta renunciar – para que el ego no me doliera tanto.

Ella cambio a toda la banda y me fui a grabar el disco y grabé ese disco.

El disco fue un hit: vendió 6 mil copias de una música que no compra nadie, música andina colombiana. Y aparecí en una entrevista que me dio mis 15 minutos de fama, fue una cosa increíble porque nunca en mi vida sentí una sensación tan agradable como cuando recibí la llamada de la W para ser entrevistado por Julio Sánchez Cristo para hablar de ese disco durante 20 minutos al aire

Entonces parecía que Ricardo lo estaba logrando: había dado el salto al vacío y dos años después ya había lanzado su propio disco, había vendido seis mil copias y lo habían entrevistado en la W, tal vez la emisora de radio más importante de Colombia. Sin embargo, no todos estaban tan felices con los logros de Ricardo

Yo era un cualquier X al lado de los que hicieron el disco. Entonces la mayoría de los que estuvieron en el disco les molestó mucho que yo saliera en esa entrevista, porque yo era un X. que no había compuesto nunca nada, ni ganado nada. Y ahí me di cuenta de que en el sector cultural hay unos egos difíciles de manejar, tan difíciles que me retiré del sector.

Poco a poco Ricardo se fue alejando del gremio artístico y por lo tanto de la música, hasta el punto de que dejó de ser músico. Entonces parece como que esta es una historia agridulce: sí el señor se arriesgó y renunció a su trabajo para perseguir su sueño. Pero resulta que no cumplió su sueño porque no es músico. ¿Entonces será que si valió la pena? Esto es lo que dice Ricardo al respecto

Sin embargo, la sensación si es de plena satisfacción y convicción de que había que hacer algo, solo que no soy ni el gran guitarrista ni el gran compositor, pero sí creo mucho en el poder de la música. Tanto que trabajo con músicos para músicos – porque también fui gestor cultural y desde esa gestión hice taller para que los músicos aprendieran a gestionar su propia música, hice un diplomado con la universidad Sergio arboleda.

MUSICA

Y es que así es la vida: las cosas rara vez suceden como uno lo espera. Pero eso a nosotros no nos parece malo. Por el contrario, nos parece que eso hace parte de la magia de estar vivo. Y particularmente en temas de trabajo y carreras nos gusta acudir a la frase de Tina Seling: planear una carrera debería ser como viajar en un país desconocido, incluso si te preparas cuidadosamente, diseñas un itinerario y tienes un lugar donde pasar la noche, las experiencias más interesantes no son las planeadas. Te garantizo que las cosas que recordarás del viaje son esas que no estaban en tu agenda inicial.

Ricardo no terminó de músico como había imaginado en el momento en el que decidió renunciar, pero eso no lo desmotivó a seguir trabajando en lo que lo apasionaba: la música. Entonces, aunque la forma cambió, porque ahora Ricardo usa elementos de la música para mostrarle a las empresas cómo pueden gestionar mejor el talento humano, lo cierto es que la esencia de lo que lo apasiona se mantiene.

En todo caso, nos pareció apenas natural que el ego de Ricardo hubiera salido golpeado de todo ese proceso, entonces le quisimos preguntar cómo se la lleva con su ego – esto nos respondió.

Ha sido una relación muy conflictuada con mi ego. Tengo un ego muy recalcitrante en algunas ocasiones, con el que hay que aprender a lidiar. El ego este, siempre va a estar. Cuando era ingeniero lo tenía por las nubes. Hoy también lo tengo por las nubes, pero con sentido y es el hecho de poder reconocer que uno por más ego que tenga necesita del otro.

Pocas veces los grandes logros en la vida son individuales, casi siempre es el trabajo en equipo el que lleva a los resultados. Esa parece ser la lección que le quedó a Ricardo después de todo esto: sí, uno puede ser muy valiente y renunciar al trabajo. Pero no puede esperar hacer todo solo en lo que se viene – ni siquiera cuando se trata de los sueños propios. No es fácil trabajar con otros y para eso hay que renunciar al ego y en eso puede ser muy útil la improvisación teatral

Es poder lidiar con los otros desde tu quienes un lugar una forma de ser entonces aquí aparece mucho una frase que aparece en improvisación teatral que es yo soy porque nosotros somos, en la improvisación, en la música y en todas las artes tu no existes si el otro no existe y en la improvisación siempre se trata del otro. Entonces bajarse del ego paz decir yo sé que lo puedo estar haciendo mejor, pero esto se trata de ti y yo soy porque tu estas entonces nos necesitamos.

La vida no es lo que imaginamos, sino que lo que aprendemos a querer, dice Alejandro Gaviria. La historia de Ricardo nos enseñó que lo que importa es el camino y no la meta. La meta probablemente no se cumple, así es la vida, pero aprendemos a querer las experiencias que acumulamos en el transcurso. Aquí les dejamos una que Ricardo recuerda con aprecio. ¿Se acuerdan de que al comienzo de este episodio Ricardo recordaba una escena que vio en televisión de Paco de Lucia cargando un estuche de guitarra con calcomanías de frágil que lo marcó profundamente? escuchémoslo:

Cuando a mí me llaman a trabajar con Maia, era solo para un concierto. Pero Maia me dice quiero que vayas conmigo al cerrejón, entonces era Maia yo y su mánager. Un concierto muy íntimo muy tranquilo, en el que ella tocaba con pista y dos canciones con guitarra entonces me llevaban a mí, se me acabo el amor y otra que no era niña bonita. ¿Cuándo voy en el contar Bogotá barranquilla le ponen a mi guitarra la primera calcomanía de frágil y eso para mí fue lo máximo y luego en el aeropuerto de barranquilla cerrejón le ponen otra, hicimos 35 viajes y todavía conservo ese guitarra lleno de calcomanías y siempre que la miro pienso si valió la pena? Y si valió la pena.

PREGUNTAS TRECE

TRES CONCLUSIONES

En el episodio pasado compartimos un audio de un oyente hablando sobre el porcentaje de tiempo que trabaja una persona promedio en total. Olvidamos darle crédito y queremos pedirle disculpas. Ese fue David Montoya y nos envió su audio desde Medellín. El turno de hoy es de Andrea Toro que nos comparte su historia desde Bogotá.

VOICE NOTE ANDREA TORO

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FINAL