Martín Lleras y Alejandro Escorcia parecían destinados a seguir el camino tradicional. Un abogado y un psicólogo a los que probablemente les iría muy bien. Tan bien que, una vez retirados, podrían dedicarse a lo que realmente aman: el fútbol y la literatura.
Sin embargo, Alejandro y Martín entienderon la importancia de no posponer planes sensibles. Sobre todo cuando esos planes determinan estar en el 13%. Fue así como el abogado y el psicólogo se montaron en un barco que se llama Hablaelbalon. Un barco que les permitiría hacer lo que los apasiona (combinar fútbol y letras) pero que implicaría una vida remando contra la corriente: sin la supervivencia garantizada pero con la ilusión de un día más haciendo lo que aman.
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